Bien y dejo de daros la chapa por hoy y ya os contaré que Nancy compré antes de que estas señoritas y su habitación llegasen a mi casa. Y el proyecto que tengo entre manos. Hasta pronto amigos.
lunes, 2 de febrero de 2015
Erase una vez
Hola a tod@s, me llamo Gustavo, tengo 33 años y soy de Miranda de Ebro (Burgos). Asi empezò mi historia con Nancy. Cuando era pequeño pasaba los fines de semana en casa de mis abuelos y mi tía con la que me llevo 8 años. Allí disfrutaba mucho jugando con ella. Tenía una Nancy y una muy parecida de la marca Beymol. Además de el armario, la cama y el chiffonier de Nancy. Nos pasabamos las horas muertas peinandolas, cambiandolas de ropa, maquillandolas,.... (pobrecitas) jajajaj. Siempre que iba aunque no estuviese mi tia, sacaba la Nancy y algo mas, mi abuela no me dejaba mucho porque decía que la estropeabamos tanto quitar y poner ropa. Y cierto era que al final se descosían costuras , corchetes y demás. Menos mal que mi abuela cose muy bien jejeje. Han pasado 20 años o más y mi tía tiene su casa, su hija y tal. Pero la Nancy y sus cosas seguían en casa de mis abuelos hasta la semana pasada. Muchas veces de visita a comer donde los abuelos me contaba mi abuela que lo tenía todo guardadito en el ático, que mi tía no lo quería por problemas de espacio, que la niña ya tiene muchos juguetes, que tal y que cual. Mi abuela siempre quejandose de que no se llebaban nada (por mi madre y mis tías), de sus juguetes, los cuales los guarda en perfecto estado después de 40 años o más. Hasta que hace un par de semanas comiendo con mi abuela la dije: ¿al final que pasa con la Nancy? y mi abuela: en el ático está, bien embalado. La cosí y lavé todos los vestidos, le limpié los muebles por dentro y por fuera, y nadie se la lleva. Entonces fue cuando la dije: pues ya la quiero yo. Pues llevatela dijo ella, no sin antes preguntarme que como a mis 33 años me había dado por ahí. Yo la dije: Yaya, ya sabes lo que me gustaba jugar con ella cuando era pequeño y me gustaría seguir haciendolo. Después de 20 años sin tocarla ni verla, un nerviosismo me invadió a la vez de una fuerte emoción mientras la desembalaba. Ahí estaba con una coleta medio deshecha y restos de maquillaje con su vestido cocktail (pena que no le hice foto). En un cajón también encontré a esta rubia de Beymol que seguía como la habíamos dejado: desnuda y con una pierna suelta, la cual nos fue imposible en aquella época y guardamos en un cajón olvidada dejándola por imposible. Lo recogí todo, lo metí en el coche y puse rumbo a mi casa. Según llegué, lo primero que hice fue poner agua a hervir pues me disponía a poner fin a que la rubia dejase de ser coja y había leído que metiendo el plástico en agua muy caliente ayudaría a encajarle la pierna y así fue. Me costó un buen rato pero lo conseguí. Acto seguido las duché, lavé su pelo se lo seque y peine. Y así han quedado.
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Qué bonita historia la tuya. Me alegro de que tengas todo esto y lo cuides tan estupendamente.
ResponderEliminarDeseando ver a tu nueva Nancy y tu proyecto.
Te invito a que conozcas nuestro blog:
http://dulcesilusiones-nancy.blogspot.com.es/
Saludos cordiales
Hola, he encontrado tu blog por el comentario en el de Itzi. Me ha encantado la historia, pero veo que es de hace dos años y no has actualizado el blog, una pena... Por si acaso lo retomas, me quedo a seguirte.
ResponderEliminarSaludos.